miércoles, 19 de octubre de 2011

San Ignacio a una sola voz: !Que se vaya, ¡Que se vaya, Yanacocha!

Se promueve el retiro de esta empresa que enfrenta a Cajamarca
Imagen de Minera Yanacocha
¡Yanacocha!... símbolo de enfrentamientos, masacres y muerte. No hay rincón en la Región Cajamarca, donde se le acepte como opción de desarrollo.

El sólo mencionar este nombre, se convierte en terror de los niños, alarma en los adolescentes y odio en los adultos.
Mujer afectada por efectos de cianuro
 A lo largo de casi 20 años de exploración y explotación minera, los lugares donde se ha desarrollado esta actividad, ahora son candidatos a la desaparición total de sus recursos forestales (árboles), hídricos (agua), fauna (animales) y lo que es peor, amenazan la vida humana.

La población ha entendido que el oro que se lleva Yanacocha, sólo sirve para enriquecer más a sus dueños; sin embargo, el campesino humilde cada día está más pobre.
La lucha de la población del Distrito de la Encañada, nos a vuelto a refrescar la memoria: los mineros sólo quieren llevarse el oro, no les importa si los campesinos viven o mueren.
Se les prometió obras y proyectos de desarrollo para mejorar su situación económica, una vez instalados, se olvidaron de sus compromisos.

La desconfianza se ha generalizado en las trece provincias y han cerrado toda posibilidad de aceptar a la minería, como apoyo al desarrollo social. 
Inmensidad de espacio que ocupa Yanacocha para sus labores
Al ver que Cajamarca capital se resiste a seguir cediendo sus tierras para actividades mineras, se proyectaron a conquistar las provincias y los resultados, han sido negativos para las pretensiones de estos inversionistas.

La única forma que aprendieron para ganar la licencia social, fue comprando conciencias no importando el costo económico para ello; sin embargo, no todos se venden ni todo se puede comprar. La dignidad y el respeto por la vida, prevalece en los líderes que encabezan organizaciones como el Frente de Defensa del Medio Ambiente de Cajamarca, que aún a costa de su vida se enfrentan al poder capitalista de una empresa, que quiere seguir explotando nuestros minerales.   
Los relaves son veneno mortal que se filtra a las capas terrestres convirtiéndolas en inútiles para decenas de años
San Ignacio, a través de su Asociación de Desarrollo y Defensa (ADEFSI), desde la frontera norte de Cajamarca, protesta y se solidariza con los grandes anhelos de los agraviados de la minería, y como un solo puño levanta su voz de protesta y grita: ¡Que se vaya, Yanacocha!