martes, 4 de diciembre de 2012

Podredumbre en Gobierno Regional de Cajamarca: "El pez se pudre por la cabeza"

Gregorio Santos Guerrero - Presidente Regional de Cajamarca

Escribe: JORGE M. SÁNCHEZ TAFUR (*)

*      "Recordad que la inmoralidad cunde de arriba abajo, no de abajo arriba, porque su marcha es siempre descendente. Y, si es cierto el adagio latino que dice que el pez empieza a podrirse por la cabeza, esto nos dará el ejemplo de lo que sucede con el cuerpo social..."
                                                                                                                      Don Vicente Manterola [1]

En menos de dos años de  gestión, el Movimiento de Afirmación Social-M.A.S. ha llevado al Gobierno Regional Cajamarca a ser considerado como el organismo estatal  más corrupto del Perú. Asimismo, ha generado una percepción generalizada de que  el actual presidente regional,  Gregorio Santos Guerrero, quien solía proclamarse como un corajudo  luchador  contra la corrupción; estaría implicado –por acción u omisión- en casi la totalidad de los actos de corrupción descubiertos al interior de esta entidad pública  y de su unidad ejecutora “estrella”: PROREGIÓN. En Cajamarca,  se cumple el viejo proverbio que reza: “el pez se pudre por la cabeza”.
 “El pez se pudre por la cabeza”, es un antiguo proverbio latino, muy usado también en China Popular y en muchos países de habla inglesa (A fish always rots from  the head down), y quiere decir que el pescado se pudre de la cabeza hacia abajo. Es decir, lo primero que se pudre es la cabeza. Así, en el aspecto social, entendemos por cabeza a los líderes, los dirigentes; en un país, a los gobernantes, la clase política. En una familia, la cabeza son los padres; en una escuela, el director, y así sucesivamente. Los máximos responsables de lo que sucede en cualquier ámbito, sea bueno o malo, serán siempre quienes están al mando, los dirigentes, los jefes.
En el caso puntual del Gobierno Regional  Cajamarca, el proverbio “el pez se pudre por la cabeza”, adquiere singular vigencia ante evidencias contundentes que parecen explicar los verdaderos orígenes de la ola de corrupción que se ha desatado al interior de esta entidad   partir de la llegada  de Gregorio Santos a la presidencia, la misma que ha logrado superar –ampliamente- los niveles de  corrupción de algunas de las administraciones anteriores.
Santos habría llegado a la administración regional con el abierto propósito de montar un aparato  ad hoc para favorecer la corrupción, y  es así que empezó su oprobiosa misión con la designación –a dedo- de  allegados e   incondicionales  suyos en  estratégicos cargos  técnicos y  administrativos con discrecionalidad en el gasto; aún cuando estas personas -en su gran mayoría-  no reunían  los requisitos mínimos para el cargo. Así, incurriendo, abiertamente,  en el  ilícito penal de Nombramiento o Aceptación Indebida para Cargo Público, contemplado en el artículo 381° del Código Penal vigente, Santos fue colocando a sus adeptos en  unidades ejecutoras como las  gerencias regionales y subregionales;  direcciones sectoriales regionales  y direcciones  subregionales; direcciones ejecutivas (PROREGION) y   asesorías. Además, la voracidad de Santos lo llevó a copar con sus incondicionales (militantes de Patria Roja, ex candidatos derrotados, amigotes y “amiguitas”)  todas las  áreas operativas  -de cualquier nivel-  donde se manejaran recursos presupuestales.
El resultado es harto conocido. Con todo un ejército de ineptos e incondicionales a su servicio, Gregorio Santos viene  realizando una gestión mediocre e ineficiente, deshonesta y desastrosa, orientada –principalmente- al saqueo de las arcas del Estado a través de mecanismos de  corrupción  que operan  sistemáticamente por todos lados. Es así que, con el mismísimo Gregorio Santos a la cabeza y desde el seno mismo del Estado, un grupo de sinvergüenzas tomó la decisión de llenarse  los bolsillos con los dineros destinados a atender las necesidades más urgentes de los pobres  de la Región Cajamarca.
A partir de entonces, el olor putrefacto de la corrupción se percibe  en cada rincón de la Región Cajamarca. Se nota “a leguas” en  las licitaciones y concursos públicos fraudulentos de PROREGIÓN y  la Gerencia Sub Regional Jaén -San Ignacio, que  suman más de  S/. 300 Millones; y su hedor se deja  sentir también  en  la corrupción de poca monta; como aquella  de un “funcionario de confianza” –ex candidato a alcalde- cuya esposa  abrió una pizzería con el producto de una coima proveniente de una empresa de seguros (S/. 40 mil); o cuando un deshonesto “camarada”, residente de obra, en complicidad con ronderos de “Patria Roja”, exige pagos irregulares a los agricultores del centro poblado “Tablón” (San Ignacio), para “beneficiarlos” en una  pequeña obra de Riego Tecnificado,   a pesar de  que esta obra cuenta con  presupuesto público.
Gregorio Santos se ha esmerado en reinventar, y “patentar” como suyos, todo un catálogo de actos indecorosos, inmorales e ilícitos, logrando fomentar  entusiastas “tendencias de corrupción” entre sus funcionarios de confianza y otros servidores del Gobierno Regional. Así,  a partir de las  “escapadas”  de Santos fuera de la Región Cajamarca haciendo uso de vehículos del Estado, sin ninguna comisión de servicios que lo justifique y en aparentes viajes de placer; han sido muchos los funcionarios que han seguido este pernicioso ejemplo y, casi de inmediato,  empezaron a utilizar los vehículos estatales para fines ajenos a la función.

Aquí algunos casos emblemáticos.  El año pasado, el entonces  Director General de Asesoría Jurídica, Juan Carlos Pajares Salazar, pretextando  una comisión de servicios a la ciudad de Jaén,   desvió la ruta de la camioneta  a su servicio  hacia la ciudad de Trujillo para cumplir asuntos de índole personal y hasta sentimental. Pero, Pajares no fue el único. El Director General de Administración, Deyber Flores Calle, inspirado por la conducta  “ejemplar” de su presidente, se “invento” una  comisión de servicios hacia la Intendencia de Aduanas en Paita para gestionar supuestas donaciones a favor del Gobierno Regional Cajamarca.  Lo curioso es que Flores Calle jamás llegó a Paita, ni menos visitó la  entidad aduanera a pesar de haber dispuesto de una camioneta del Estado durante cinco días.

En estos, como en  muchos otros casos, se ha afectado al Estado con gastos indebidos en viáticos, combustible y remuneraciones. Además, estos funcionarios han incurrido en el delito de Peculado de uso,  tipificado en el artículo 388° del Código Penal y sancionado con pena privativa de libertad de hasta cuatro años. Extrañamente, hasta ahora no se conoce de ninguna denuncia  al respecto que haya sido impulsada por la Procuraduría Pública del Gobierno Regional Cajamarca.

Como todo comunista criollo, Gregorio Santos despotrica –públicamente- del sistema democrático  y reniega –para las tribunas- de la “sociedad de consumo”. Sin embargo, en la praxis, ha sucumbido ante una serie de  placeres, tentaciones  y hasta vicios, que llegan con al poder.  Es así que Santos, haciendo gala de una solvencia económica inexplicable,  ahora aparece como “padrino regalón” de cuantas promociones lo requieran –por amor al chicharrón, no al chancho-; y hasta funge de “generoso mayordomo” en fiestas ajenas fuera de la Región Cajamarca (v.g. Colegio de Abogados de Lambayeque). Además, Santos concurre –con frecuencia- a exclusivos locales nocturnos fuera de Cajamarca, donde suele consumir –con marcado exceso- la mejor comida y  los más finos licores.

Gregorio Santos ha llegado al colmo del descaro al utilizar  recursos públicos para  beneficiar económicamente a sus parejas sentimentales de turno. Con estas acciones Santos le ha trasladado “de taquito”  al Estado, una obligación que le corresponde a él y sólo  a él: mantener a sus mujeres y a su prole en constante aumento. Estos deslices del actual presidente regional de Cajamarca, han sido interpretadas como explícitas “licencias morales” por sus funcionarios de confianza quienes, a partir de entonces y haciendo uso indebido del cargo que ostentan, han convertido al Gobierno Regional Cajamarca en nido de amores prohibidos, y refugio laboral de concubinas, queridas y “amiguitas cariñosas”. Otros, con igual poder y menor sutileza, se  han visto involucrados en escandalosas denuncias de acoso sexual, las mismas  que  Santos se ha encargado de esconder bajo la alfombra.

La decadencia moral que sufre hoy el País, ha encontrado su máxima expresión en la  actual gestión del Gobierno Regional Cajamarca. Aquí,  la  corrupción “de cuello y corbata”  -ya sistematizada- convive a diario con el latrocinio de pacotilla –sin ningún control-, bajo  la mirada cómplice   del presidente regional, Gregorio Santos, quien con total desparpajo, se esfuerza en  negar la   inmundicia moral que fermenta bajo sus pies y, con una mezcla “revolucionaria” de soberbia, ignorancia  y  cobardía,  ofende la inteligencia de los cajamarquinos pretendiendo hacer creer que las denuncias de corrupción –probadas y documentadas-, son parte de una “persecución política” en su contra. El cinismo de Santos quiere confundir la persecución penal, que es potestad legítima de un estado de derecho; con la persecución política, propia de  los regímenes totalitarios a los  cuales él admira y cuyas políticas retrógradas sueña con replicar en la Región Cajamarca.

Si Gregorio Santos entendiera algo de política, sabría que los gobernantes están obligados –legal y éticamente- a orientar sus acciones al logro del bien común. Cuando un gobernante antepone sus intereses particulares al bien común; es mal gobernante,  pierde legitimidad y  la razón de ser. Se corrompe, se vuelve un  tirano, un sinvergüenza o un delincuente. Al priorizar sus intereses propios –y los de sus allegados- Santos parece haber escogido la opción más vil y deleznable, totalmente contraria a los intereses del pueblo. Será  el pueblo quien  tendrá que juzgarlo… y condenarlo.

Si algo nos queda claro es que la profunda crisis de valores que se vive  actualmente en el Gobierno Regional Cajamarca, comenzó con la llegada al poder de una cúpula corrupta, inepta y  sin escrúpulos al mando de  Santos.  Gregorio Santos Guerrero, presidente regional de Cajamarca, es pues,   la cabeza del pescado que se está pudriendo. Y huele mal.

(*) Abogado, Presidente de la Cámara de Comercio de Jaén, ex Consejero Regional por Jaén.


[1] Don Vicente Manterola, (Canónigo Magistral de Vitoria), Sermón pronunciado en el Palacio Real, ante Isabel, la hija de
   Fernando VII, a finales de su "reinado" revolucionario.