Aún con tantas muertes en conflictos mineros, los gobiernos no entienden que la población ya no ve a este sector como una opcion de desarrollo; Islay es otro de los muchos ejemplos en el Perú que desparrama sangre inocente, por defender el medio ambiente.
Rechazamos abiertamente la represión contra el pueblo de Islay y exigimos una imediata participación del gobierno central, con el propósito de evitar que las fuerzas policiales sigan atentando contra la vida de nuestros hermanos.
La vida de los peruanos, no puede estar sometida a los intereses de empresarios extranjeros que se llevan nuestras riquezas naturales, como si fuera una herencia familiar; aquí los dueños del Perú somos los peruanos y nos merecemos el más profundo respeto.
La provincia de San Ignacio, frontera norte con el vecino país del Ecuador, alcanza su SOLIDARIDAD AL PUEBLO DE ISLAY y a las vez publica su indignación por el atropello a su elemental derecho a decidir el modelo de desarrollo que decidió seguir y eso, es legal.